martes, 10 de noviembre de 2009

CIENCIA - La teoría de cuerdas: contra la sencillez natural

Para aquellos que les haya parecido un tostón la física, han de saber varias cosas fundamentales. Una de ellas es que en la naturaleza hay 4 grandes fuerzas: la gravitacional, la electromagnética, la nuclear débil y la nuclear fuerte. También hay que indicar que la energía y la materia esta cuantificada, de cuanto o quantum, es decir, que todo esta empaquetado de manera que no todos los valores son posibles; de igual manera que cuando uno va a comprar manzanas, se las venden por piezas enteras y nunca a cachos. Las manzanas serían los cuantos de la materia y de la energía. Además Einstein demostró que ambos conceptos (materia y energía) son expresiones de un mismo concepto, y por lo tanto intercambiables. Otro concepto importante es que a cada fuerza, a cada campo de la misma, le debe corresponder una partícula. Es cierto que en este resumidísimo resumen me olvido de muchas cosas importantes como el principio de conservación de la energía, las leyes termodinámicas y tantas y tantas cosas. Muy cierto, pero para lo que nos interesa, es suficiente.

La gran revolución de la física se produjo en los finales del siglo XIX y principios del XX. Ahí se sentaron las bases de todas las investigaciones posteriores con las teorías de la relatividad, la mecánica cuántica, el Big Bang (ya más entradito el siglo) y tantas y tantas cosas que llevamos desde entonces intentando comprender, casar y unificar. Y llegados a este punto es donde se produce la gran esquizofrenia científica.

Se llevan décadas intentando unificar todas las fuerzas. Parece que entre la electromagnética y la débil no hay problemas y ya tenemos desde hace tiempo la fuerza electrodébil como resultado de la unión de ambas. La nueclear fuerte tampoco parece presentar un problema a la hora de unificarla con la anterior. (La fuerza electromagnetica ya fue la primera gran unificación surgida, como su propio nombre indica, de la unión de la fuerza eléctrica y la magnética). Pero el problema lo tenemos con la gravedad, a la que de momento se le resiste tanto su cuantificación (de cuanto o quantum) como su posibilidad de unirla a las otras 3 fuerzas para crear la gran superunificación con una única fuerza que lograría explicar todos los fenómenos fisicos observables ayer, hoy y mañana. O lo que es lo mismo, antes, durante y después del Big Bang.

Para ello los físicos han creado una teoría tan compleja como abstracta y que la llaman teoría de cuerdas. Para no entrar en garrafosos detalles difíciles de comprender hasta para un físico en activo, digamos que esta teoría básicamente afirma que todas las partículas son en realidad expresiones de un objeto básico unidimensional extendido llamado "cuerda" o "filamento". Pero para algo que parece tan sencillo, los defensores de esta teoría inventan varias dimensiones más a las 4 actuales (las tres fisicas y el tiempo) y hacen que se curven unas sobre otras. Para esta teoría, las partículas son, en esencia, expresiones de una sola que se manifiestan por su diferente manera de “vibrar” en dichas cuerdas. El concepto parece simple y sencillo y nos llevaría a la gran unificación. El problema es que para eso se ha de retorcer tanto nuestra comprensión como las propias cuerdas en ese espacio decadimensional.

Todo parece resumirse en fórmulas matemáticas complejas, expresiones y resultados de alta concentración intelectual. Cuando la vida, la naturaleza y hasta nuestros propios inventos nos han demostrado que todo parte siempre de pocos conceptos pero muy sencillos y combinables. La riqueza suele estar ahí, en la simplicidad de las bases y en la casi infinita combinación de ellas. Y casi todo lo que se aparta de eso comienza con un insoportable tufillo a protagonismo aristocrático y suele acabar en el baul de las complejas curiosidades de la historia humana.

Veamos varios ejemplos de la simplicidad de las cosas. La informática. Quién podría creerse que todo lo que se puede hacer con un ordenador o con un conjunto de ellos, incluida Internet, tiene su base simplemente en una secuencia de 0 y 1. O que la revolucionaria teoría de la relatividad partió de unas pocas y simples observaciones entre las que destaca la uniformidad e imbatibilidad de la velocidad de la luz en el vacío. O que la vida se sustenta en solo cuatro letras: la timina, citosina, adenosina y guanina de nuestro ADN. O que toda la materia, y toda es toda, se basa en tan solo 3 partículas (amén de subdivisiones que para el caso nos darían igual): neutrón, electrón y protón. Con ellos se hacen los más de 100 elementos y sólo con ellos, suficientes para crear cualquier forma de materia viva o no de nuestro universo. Pues ya vemos: 2 unidades básicas para el mundo informático; 3 para la materia; 4 para el biológico y poquito más. ¿Por qué complicarlo todo de esta manera? ¿Para justificar unos estudios? ¿Para crear un nuevo estamento social? ¿por aburrimiento? ¿O para no querer reconocer nuestra ignorancia?

CIENCIA - ¿Quién fue primero el huevo o la gallina?

¡El huevo, está claro!. Grosso modo podemos establecer que por lo que se sabe hoy en día, la vida apareció en el mar o al menos dentro del agua. De ahí fueron evolucionando formas de vida hasta dar con los peces. Estos, al intentar salir a tierra dieron forma a los anfibios que a su vez siguieron evolucionando. Para no entrar en discusiones que quizás no vienen al tema, a continuación vendrían los reptiles y los mamíferos y de los primeros, las aves. Evidentemente entre las aves se encuentran nuestras gallinas ponedoras de huevos. Y de todos ellos, solo los mamíferos no ponen huevos; el resto sí. Queda claro que el primer huevo se puso mucho antes de que apareciera la primera gallina doméstica, cualquiera de sus ancestros o las aves en general.

Pero alguien podría decir que hemos simplificado tanto el problema que hemos mezclado las cosas porque hablábamos de gallinas y huevos de gallinas. Cierto, pero si tuviéramos la película de la vida y pudiéramos avanzar y retroceder a voluntad veríamos al hacer esto último que mientras que la gallina va cambiando su forma en sentido inverso al de su evolución, la estructura y funcionamiento del huevo apenas cambia. Llegaría un punto que no reconoceríamos la gallina por ser otra ave, un dinosaurio, su ancestro anfibio o incluso un pez, pero seguro que distinguiríamos el sitio de donde nace con total claridad: el huevo. Así que de nuevo, primero fue el huevo y después la gallina.

Sin embargo, cabría aún alguien más profundo y perspicaz que nos indicara que en realidad lo que quiere formular la pregunta es por el origen de la vida. Pero eso ya sería otro tema que trataremos en breve por todo lo complejo que es. Pero está bastante claro que primero fue el huevo y después la gallina, etc etc.